Funcionó la estrategia: nuestro tercer jugador hizo de base, jugando el primer y el quinto partido frente a los dos mejores jugadores insulares. Las derrotas eran previsibles, pero dejaba la suerte final del encuentro en manos de nuestros dos mejores jugadores.Libre no pudo con el número dos canario, David Muriel, contra quien cayó por 3-0; se hechó en falta la brillantez y contundencia que había mostrado el domingo anterior ante el conjunto sevillano.
Liu cumplió ganando 3-0 al jugador número tres de la Palma, Félix Gallego.
Era imprescindible la victoria en el dobles para que la estrategia que nos debía llevar a la victoria siguiera en pie. Y así fue, Libre y Liu sacaron a relucir su perfecta conjunción y demostraron por qué son una de las mejores parejas del grupo, con cuatro victorias de cinco encuentros disputados, deshaciéndose 3–1 de la pareja canaria.
Igualado el encuentro a dos, perdimos el siguiente partido como entraba en los cálculos, llegando el momento del primero de los dos últimos partidos que debían ser decisivos. Se enfrentaban los dos números uno y en el último punto Libre tendría en su mano la victoria final frente al tercer jugador canario.
El sexto partido fue el decisivo, ya que Liu no pudo derrotar al polaco Wojciech Kolodzlejczyk. El resultado del partido fue de 3–2 con un parcial final de 11-9 que acabó con las esperanzas de una victoria que habria supuesto una gran inyección de moral ante un equipo que a priori era superior.